viernes, 6 de agosto de 2010

Por Enrique Bachinelo

¿REVOLUCIÓN,   ESPERANZA  
        O  FRUSTRACION?

El 6 de Agosto es la fecha que los bolivianos rememoran el nacimiento de un nuevo estado independiente y que, en el transcurso de sus 185 años de vida, en un breve análisis, mostrará los sucesos que han acontecido en ese país. Gobiernos que han manejado sus destinos con rumbos errados o sin rumbo, otros muy pocos, que han pretendido buscar el camino del progreso y, consecuentemente mejorar su estatus en que agoniza. Según el criterio de entendidos en la materia, el país estaría ingresando en una nueva etapa de su vida republicana, con la esperanza de producir un cambio estructural de sus instituciones, aplicar una nueva legislación con dirección aun incierta y sin perspectivas de un plan de gobierno formal y responsable.

Una mirada retrospectiva muestra la cadena de golpes de estado de los militares sin escrúpulos, revoluciones fracasadas, muy pocas veces elecciones limpias y democráticas y alguna revolución que nace del corazón de sus habitantes en 1952 para traducirse, al paso de los años, en otra frustración que, después de medio siglo, no quedan vestigios de progreso, mejor vida para sus habitantes o una economía saneada y ascendente.


En agosto de 1824 la batalla de Ayacucho que sería la última contra el dominio español para dar libertad al Perú y el Alto Perú, cerrando con ese sangriento encuentro bélico, la lucha por la búsqueda de la liberación de la América morena. El 6 de agosto de 1825 una Asamblea Constituyente en la ciudad de La Plata, inicia su historia dando vida a una nueva nación con su primer presidente Simón Bolívar, que no permanece mucho tiempo. Ocupó el débil sillón presidencial el mariscal José Antonio de Sucre y surge el primer grito de los rebeldes inconformes, de los ambiciosos y de los opacados por la madurez política de Sucre.


Se produce el primer disparo fratricida que destroza el brazo de Sucre y él se retira del país expulsado por la ingratitud de la nueva burguesía criolla-hispana que toma el poder para dar libre paso a los gobiernos ineptos, anárquicos y ambiciosos. Siempre han existido excepciones y entre ellos podemos anotar al Mariscal Andrés de Santa Cruz, el Dr. José Maria Linares, el Dr. Tomás Frías, el Dr. Hernán Siles Zuazo. Los malolientes están encabezados con Melgarejo, Morales, Daza y muchos más. En 1879 la oligarquía chilena nos arrebata el Litoral. Guerra injusta amañada por intereses extranjeros. Se cierra el siglo con la guerra federal, que divide al país entre La Paz y Chuquisaca.


El siglo XX ofrece mayores varios cambios estructurales: la construcción del ferrocarril Antofagasta-Bolivia, con una especie de compensación económica por la rapiña de Chile al Litoral boliviano, cumpliendo el mandato de la oligarquía inglesa que controla al país mapochino persiguiendo el salitre y el guano. En el extremo nordeste, Brasil arranca gran parte de Pando. Otra guerra con el Paraguay que arrebata gran parte del Chaco con intenciones de tomar los yacimientos del oro negro.


Al poco tiempo de concluida esa contienda bélica,con amargura y frustración por la perdida de la guerra, y de un enorme territorio, surge un atisbo de progreso con el Gral. German Bush, que intenta controlar a los barones del estaño; una mano misteriosa trunca su vida y el proyecto queda inconcluso. Otra revolución, otro militar progresista Gualberto Villarroel, con inclinaciones de un nacionalismo incipiente con atisbos izquierdistas, asume la defensa de las riquezas mineras, intenta imponer cierta política de control de las divisas de las minas, impulsa el Primer Congreso Campesino, pero no camina mucho trecho y, otra vez, la mano de los barones del estaño se extiende hasta la plaza Murillo donde cuelgan al mártir presidente.


En 1952, otra revolución con mucho optimismo y esperanza, se presenta Víctor Paz Estenssoro que, con cambios estructurales aplica la nacionalización de las minas, reforma agraria, voto universal y reforma educacional. Otras medidas colaterales para reforzar el control de la economía y detener la inflación galopante que surge. En el primer período de Hernán Siles Zuazo se decreta el plan de estabilización económica. El paso de los años desgasta a los gobernantes y llega el ocaso angustioso del MNR.


La secuencia de los golpes de estado se repiten: Los generales René Barrientos Ortuño, Alfredo Ovando Candia, Hugo Banzer Suárez, Juan Pereda Asbun, enfangan al país en deudas, persecución de las libertades democráticas; aplican el plan Cóndor con los países vecinos. La tortura, la violencia y la desaparición de presos políticos son el pan de cada día. El silencio de la muerte sólo es interrumpido por la marcha de las botas. El grito de los torturados estremece a los encerrados en el regimiento Bolívar de Viacha. Este su autor estuvo allí preso por más de un año.


El golpe de estado del Gral. Juan José Torres, a quien no le dieron tiempo ni para proyectar un plan de gobierno, apaga la alegría del pueblo igual que el agua movediza de los ríos. Es derrocado al poco tiempo por el General Hugo Banzer Suárez para dar paso libre a la brutalidad, la corrupción y el sincretismo de otro general ambicioso y sin escrúpulos. La violencia, la vileza, la falta de pulcritud en el manejo de los fondos públicos, la avidez crematística y el afán de trepar a cualquier costo. “El dinero lo puede todo en los espíritus mezquinos”. De 1978 a 1980 el país pasa por un camino tortuoso hacia la democracia bajo el gobierno de Lidia Geiler, pero el proceso es interrumpido. En 1980 el binomio de Luis García Mesa y Luis Arce Gómez, borrachos de sueños, toman el Palacio de Gobierno por la fuerza y, ahora deambulan por las celdas de San Pedro. La ambición y el desmedido afán del enriquecimiento rápido, se embarrancan en el narcotráfico. Dos años después El Gral. GuidoVildoso en un acto de contrición convoca al gobierno electo conducido por el Dr. Hernán Siles Zuazo en 1980.


Desde 1982 Bolivia vive una época de democracia neoliberal. El Dr. Hernán Siles Zuazo elegido por voto popular con una alianza de partidos políticos de izquierda, acorta su gobierno por que no acepta las imposiciones del FMI, el BID o del BM que pretenden dar vida a un plan de estabilización, aplicando medidas impopulares contra los trabajadores mineros, fabriles y el país todo. Un cuarto y último periodo de Víctor Paz Estenssoro, aplica de entrada, su famoso decreto 21060, cumpliendo los mandatos de los banqueros y el departamento de Estado de la Unión, plan para eliminar la inflación galopante y, sin mayores consideraciones dispone el retiro de miles de trabajadores mineros, de la administración publica, fabriles y su política económica se insume en la capitalización o venta de los medios de producción del país. Negociados y rapiña de nuestros recursos naturales. Todo queda en manos de empresas extranjeras, trasnacionales, desconocidas, misteriosas y sin rostro. Es decir, Estenssoro hace un viraje de 360º a su política de 1952. Finalmente Sánchez de Lozada en una actitud sin precedentes aplica mano dura al pueblo de El Alto de La Paz y allí surge el descontrol y la fuga del ultimo bastión del movimientismo.


Evo Morales y su plan de cambios estructurales. Intentos de nacionalizar la industria de los hidrocarburos, proyecto para aplicar una nueva reforma agraria y la esperanza de entregar tierra a los campesinos. Las pretensiones del presidente campesino son las de liberar a su clase explotada: indios y mestizos. Un nuevo estilo de educación. Pero la economía se mantiene estancada. Como puntos de partida de un plan social pueden ser aplicables pero, de momento no sirven. Mas bien impiden un avanzar paulatino y bien planificado. Las cosas se hacen, con criterio empírico, sin tecnicismo y sin recursos.


Cuando las personas cambian conductas drásticamente o cuando deben esconder su pensamiento para que no surjan las ideas en las que se cree, lo que ofrecen es incertidumbre. Y eso es lo que se elige, la opción no es solo entre partidos, o entre partidos y coaliciones, sino entre la certeza y la incertidumbre “El poder absoluto corrompe absolutamente”. Es importante aprender la historia para corregir los errores y sacar de ella la inspiración.


Los demócratas de esta democracia plebeya, no debemos perder de vista el futuro del país, y por ello en este día de rememoración de los 15 años de lucha de nuestros mártires, debemos mantener en alto el santo nombre de la patria. Patriota es el hombre que ama tanto a su país que está dispuesto a afrontar la hostilidad de los demás señalando las cosas que son precisos mejorar. Así es la historia del ejercicio del poder en Bolivia.


Ahora es un país dividido por incomprensiones internas: Potosí que se agota en paro indefinido que destroza su pobre economía. Oruro alarmada por el peligro de sus fronteras. Sucre la capital constitucional, resentida y ausente de los festejos. Santa Cruz observa con escepticismo la audacia del ejecutivo para instalar allí la Asamblea Plurinacional. El resto del país observa meditabundo, silencioso y sorprendido por lo que está ocurriendo y, el 6 de Agosto Día de su Independencia pasará sin pena ni gloria.


Pero, no todo es malo en Bolivia: Es un país con la belleza de sus tierras tropicales, la serenidad de su altipampa andina, temperaturas que corren desde los ardientes trópicos del oriente hasta las montañas cubiertas por las nieves eternas. Su gente sencilla, las lindas cholitas, trabajadoras y sacrificadas del hogar, las bellas niñas de Santa Cruz y del Beni. Un folclore maravilloso con el revolotear de los pañuelos en las cuecas, las danzas fascinantes de los orientales y la riqueza musical; las chapaqueadas de Tarija y las canciones de Benjo Cruz o las románticas de Nilo Soruco. Y, la vida..., la más barata del mundo. No por nada la gente deja de lado sus problemas para festejar su aniversario con el choque de las copas de cerveza o el saborear los cócteles de singani San Pedro. Elevar las copas de espumante y... al final el pueblo vive.
 ¡¡Que viva Bolivia india carajo!!




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